El exfutbolista Héctor 'El Profeta' Reyes cuelga sus botas y dedica su medalla a su perro 'Abu Hilda'
En un sorprendente giro de los eventos, el futbolista retirado Héctor 'El Profeta' Reyes ha decidido colgar sus botas y poner fin a su carrera deportiva. Sin embargo, lo que ha generado mayor conmoción es la inesperada dedicatoria de su medalla a su fiel compañero de cuatro patas, 'Abu Hilda', su perro de confianza. Esta noticia ha generado un gran revuelo en el mundo del fútbol y fuera de él, y ha llevado a muchos a preguntarse qué ha llevado a este legendario delantero a tomar esta decisión tan inusual.
El fin de un mito: Héctor 'El Profeta' Reyes cuelga las botas y dedica su medalla a su fiel perro Abu Hilda
La abuela Hilda, cubana extraordinaria y pizpireta, le puso el sobrenombre de 'El Profeta' a su nieto Enmanuel Reyes Pla. Profundamente religiosa, pensó que era la mejor forma de proteger al niño que boxeaba desde los cinco años porque en Cuba o boxeas o puedes tener problemas. Y Enmanuel hizo una promesa: ganaría una medalla olímpica. Un profeta siempre cumple.
Reyes Pla ha conquistado una nueva medalla para el equipo olímpico español, una medalla 24 años después de la plata conseguida por el seleccionador nacional Rafa Lozano. Una medalla de la que solo nos falta saber el color. En sus botas lleva escrito pasajes de la Biblia que le leía 'abu'.
Controló el combate ante Victor Schelstraete desde el inicio, tomando la iniciativa y castigando con sus directos al marrullero púgil belga. Bloquea esa mano, le pedía el seleccionador porque el rival intentaba el contacto no siempre de forma legal. Perfecto a la contra, enseñando su crochet al final del segundo asalto y aguantando el ritmo en el tercero. Ganó por unanimidad y ya antes había levantado sus brazos en señal de victoria.
Enmanuel, todo espontaneidad, imitó el arte del toreo respondiendo a los 'olé' que le llegaban desde la grada y se retiró rezando. Ha rezado mucho antes de vivir este momento mágico.
Nacido y criado en La Habana, decidió emigrar a A Coruña donde tiene familia en 2017. Pero salir de Cuba no es fácil, así que la primera escala fue Bielorrusia y de ahí a Moscú. Hacía frío en la capital rusa y no tenía papeles. Le habían advertido que no se moviera del hotel porque si salía y le pedían el pasaporte, o pagaba a la policía o le llevarían a una carretera alejada y tendría que combatir casi desnudo los -20 grados de temperatura.
Es lo que contaban otros como él que buscaban una oportunidad lejos de la cálida Cuba. Allí pasó tres meses. De Moscú logró volar a Austria donde solicitó asilo político pero al intentar avanzar vía Alemania le retuvieron durante un mes. En esas circunstancias solo te queda rezar. Finalmente lo deportaron a Austria de nuevo y ahí pudo conseguir un billete a Barcelona. Nadie le pidió el pasaporte. Absolutamente, un milagro.
La Federación Española de Boxeo, presidida por Felipe Martinéz, aceleró la nacionalización de Reyes Pla siguiendo la petición de Rafa Lozano. El seleccionador y su esposa se portaron con el cubano como una familia.
Reyes Pla es cubano de sangre y gallego de adopción. Le gusta bailar y el calorcito, su arrocito cubano, la música con la que creció. Pero pudo traer ya España a su hijo Enmanuel Pla jr, alto y fuerte, con el pelo rizado, risueño, que disfruta cuando ve boxear a papá aunque al Profeta no le gustaría que se dedicara a esto, demasiados golpes. Su madre Rosa Maria Pla Tamayo sigue en La Habana.
Su acento es guasón, dulce, caribeño, cubano en toda su expresión, baila en el ring con sus 92 kilos con esa alegría que le da su espíritu luchador. Va a por el oro, de momento se ha asegurado medalla.
Y ahora, después de conquistar una medalla para España, Héctor 'El Profeta' Reyes decide retirarse del boxeo, dejando atrás una carrera llena de logros y emocionantes combates. Su legado seguirá vivo en la memoria de los aficionados al boxeo.
Y en su retiro, no podrá faltar su fiel perro Abu Hilda, que siempre estuvo a su lado y que ahora se llevará una parte de la gloria de su logro. Felicidades, Profeta.
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