El estreno de Flick en Mestalla: la fascinante magia del silbido de los aficionados

El estreno de Flick en Mestalla: la fascinante magia del silbido de los aficionados

El pasado fin de semana, el estadio de Mestalla fue testigo de un espectáculo único con la presentación en sociedad del joven delantero alemán, Klaus Flick. El estreno del nuevo fichaje del Valencia CF no pasó desapercibido, ya que el público local le brindó una cálida bienvenida con un estridente silbido que se convirtió en la nota característica de la noche. La fascinante magia que se vivió en el estadio valenciano fue más allá de un simple partido de fútbol, ya que la energía y la ilusión de los aficionados se fusionaron para crear un ambiente electrizante. ¿Qué nos deparará el futuro de este joven talento en el fútbol español?

El estreno de Flick en Mestalla: la sincronía y el gesto que conmovió al Barça

Hansi Flick dirigió el sábado en Mestalla su primer partido oficial al frente del Barça, logrando un triunfo por 1-2 gracias a los dos goles de Robert Lewandowski que remontaron el tanto inicial de Hugo Duro para el Valencia.

Más allá del análisis deportivo de sus primeras decisiones, como el 4-2-3-1 con un doble pivote de la casa formado por los Marcs, Casadó y Bernal, o la ubicación de Raphinha en la mediapunta, también era un aliciente ver su comportamiento en la banda.

Una cámara del programa El Día Después, en Movistar Plus+, le hizo un seguimiento exhaustivo que dejó algunas curiosidades. Lo primero que hizo el entrenador alemán fue sincronizar pacientemente y de forma precisa el cronómetro de su reloj con el pitido inicial del árbitro, porque todos los segundos son importantes para él en un partido de fútbol.

Con el balón en juego, sus problemas con el idioma lo compensó a la vieja usanza: a silbido limpio para llamar la atención de sus jugadores y tirando de gestos y mímica. A los que tenía cerca, le bastó con una mirada seria para hacerse entender, como cuando le indicó con las manos a Lamine Yamal que no protestara un fuera de banda que él reclamaba a su favor.

Flick sí protestó, aunque de forma no airada, alguna falta con los brazos abiertos y una exclamación en inglés recurrente, el come on (vamos) que empleó para todo: para dirigirse al árbitro para que pitara algo que él creía a su favor o para pedir intensidad a sus jugadores.

En las pausas de hidratación o antes de algún cambio, su ayudante Marcus Sorg o el entrenador de porteros, José Ramón de la Fuente, tomaron la palabra, aunque no es que hicieran de traductores. Flick se tomó con calma el 1-0 del Valencia y celebró con los brazos en alto y un apretón de manos con sus colaboradores el 1-1 del Barça.

El penalti que Lewy transformó en el 1-2 no quiso verlo, incluso fue de los pocos momentos que se sentó en el banquillo. Y con el pitido final, después de apagar el cronómetro, sí hizo un gesto enérgico y soltó un grito de alegría para celebrar el primer triunfo liguero de su Barça.

El debut de Hansi Flick en Mestalla fue un éxito, tanto en el resultado como en la forma en que se comunicó con sus jugadores, demostrando que la barrera del idioma no es un obstáculo para él.