En un impresionante desafío a la adversidad, Santiago Quintero se ha convertido en un ejemplo de determinación y fuerza humana. A pesar de las dificultades que enfrenta, este hombre lucha por sobrevivir sin oxígeno y con prótesis en sus pies, lo que no le impide perseguir su pasión por la montaña y conquistar los nueve ochomiles más altos del mundo. Su historia es un ejemplo inspirador de cómo la voluntad y la perseverancia pueden superar incluso los obstáculos más grandes. A continuación, te contamos la emocionante historia de Santiago Quintero, un hombre que no se rinde ante nada y que nos muestra que, con determinación, cualquier meta es posible.
Santiago Quintero, el montañista ecuatoriano que conquistó el Nanga Parbat sin oxígeno y con prótesis
El montañista ecuatoriano Santiago Quintero celebró en Quito su reciente ascensión al Nanga Parbat, la novena montaña más alta del mundo con 8.126 metros sobre el nivel del mar, en la que se convirtió en la primera persona en alcanzar su cumbre sin oxígeno y con prótesis.
Quintero, de 49 años, realiza sus ascensiones con los pies semiamputados tras haber sufrido unas severas congelaciones en 2022 al escalar en solitario la pared sur del Acongagua, pese a que en un inicio los pronósticos médicos anticipaban que no podría volver a realizar esta actividad.
Un logro histórico
El Nanga Parbat, cuya cima alcanzó el 10 de julio, es su noveno 'ochomil', dentro de su proyecto de ser la primera persona en el mundo en subir sin oxígeno y con prótesis las catorce montañas de más de 8.000 metros, todas ellas situadas en la cordillera del Himalaya.
La fuerza de la fe y la naturaleza
En una rueda de prensa celebrada este martes en la capital ecuatoriana, Quintero comentó que pudo alcanzar la cumbre gracias a los espíritus de la montaña y del viento, a los que les habló para que cambiasen unas condiciones climáticas de fuertes rachas de viento de hasta 50 kilómetros por hora que hacían imposible el ascenso.
Después de implorar esa plegaria por consejo de su esposa, la montaña pareció concederle la oportunidad al cambiar la dirección del viento, lo que le posibilitó llegar hasta la cima de la también llamada montaña asesina, pues solo unas 300 personas han logrado subir sin oxígeno, y de ellas 87 no volvieron al fallecer en el camino de retorno.
Un acompañante leal
Junto a él solo estuvo acompañado de un sherpa que le ayudó a cargar los 60 kilos de peso que llevaba en equipos.
Valores clave
Las montañas no te regalan las cumbres si no les pones entrega. Me gusta hacer los ascensos en la misma condición que mis compañeros, para que no haya pretextos, dijo Quintero al destacar como valores la entrega, la capacidad de aprender de los errores y la gratitud.
El montañista se emocionó al rememorar las imágenes con la bandera ecuatoriana en el punto más alto del Nanga Parbat.
Un reto superado
De esta forma, el ecuatoriano pudo sacarse la espina de no haber logrado hacer la cima del Nanga Parbat en el pasado por prudencia. En esa ocasión, pese a estar a pocos metros de la cumbre, decidió darse media vuelta porque al regreso le hubiese tocado acampar a más de 8.000 metros, lo que implicaba nuevas congelaciones casi seguras.
Ahora a Quintero le faltan cinco 'ochomiles' para culminar su proyecto: el K2, el Kanchenjunga, el Lotshe, el Annapurna y el Gasherbrum I.
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