El diputado González Fuertes se encuentra sin protección policial ni seguridad personal
En un incidente preocupante, el diputado González Fuertes se ha visto privado de la protección policial y seguridad personal que habitualmente le brinda el Estado. Esta situación ha generado inquietud y alarma en el ámbito político y social, ya que el cargo que ocupa el diputado conlleva riesgos inherentes que requieren de una atención especializada en materia de seguridad. La ausencia de medidas de protección adecuadas pone en peligro su integridad física y cuestiona la capacidad del Estado para garantizar la seguridad de sus representantes políticos. En las próximas líneas se analizarán las implicaciones de esta situación y se explorarán las posibles consecuencias para el diputado y el país en general.
El diputado González Fuertes, sin protección en encuentro de fútbol
El pasado fin de semana, el diputado González Fuertes dirigió el partido entre el Barcelona y el Getafe, y su actuación no pasó desapercibida. Con un total de cuatro faltas sancionadas al Barça y 15 al Getafe, González Fuertes demostró una falta de criterio uniforme y personalidad en su arbitraje.
Errores de apreciación y falta de seguridad. El asturiano se mostró lento en su toma de decisiones, lo que llevó a errores de apreciación y numerosas protestas de los jugadores con los brazos en alto. Dio la sensación de pasotismo, confundiendo la ventaja con la posesión.
Además, González Fuertes fue permisivo con las entradas que hubieran merecido castigo, y otras que por su dureza debieron haber llevado emparejada la cartulina amarilla. Un ejemplo de esto fue la falta de Milla a Casadó o la de Djené a Pablo Torre, que cortó una salida a la contra del Barça.
Decisiones correctas, pero escasas. Sin embargo, González Fuertes acertó al mostrar la amarilla a Arambarri por una entrada a Casadó y a Raphinha por protestar. Sin embargo, en el minuto 30 debió haber amonestado a Carles Pérez por derribar a Balde cuando se escapaba por la banda.
Un partido fácil para arbitrar, pero falta de personalidad. Aunque el partido no presentó grandes dificultades para el arbitraje, González Fuertes no supo transmitir seguridad en sus decisiones y careció de personalidad. El VAR de Hernández Maeso pasó desapercibido por la ausencia de jugadas conflictivas.
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