El mundo del Ultimate Fighting Championship (UFC) se prepara para vivir un nuevo capítulo emocionante en su historia, y es que el próximo UFC 304 tendrá como estelar a un luchador que ha llamado la atención de todos los aficionados. Se trata de Belal Muhammad, un peleador de origen palestino que ha demostrado ser uno de los más destacados de la categoría. Con un récord impresionante en su haber, Muhammad se ha ganado el derecho de encabezar el combate estelar del próximo evento, y es que su estilo de lucha y su determinación han conquistado a todos los que han seguido su carrera. En este sentido, el UFC 304 promete ser un evento inolvidable, donde la habilidad y la valentía de Muhammad serán puestas a prueba una vez más.
Belal Muhammad, un luchador con un legado de lucha y resistencia
Jamás huiré de representar a mi gente, de representar a mi país. La gente no habla mucho de Palestina, así que si estoy en una posición en la que yo puedo hacerlo, lo haré, declara un introvertido e ilusionado Belal Muhammad para Palestine In America, una ONG que realiza una campaña para visibilizar los atletas de la región en Estados Unidos que visita su gimnasio.
Casi una década después de esta entrevista, la iniciativa y los motivos del peleador siguen intactos y el eco de la violencia que hoy vive el territorio hace más ruido que nunca en nuestra sociedad. Muhammad no solo pelea por el oro de las 170 libras, sino por el legado de sus progenitores, víctimas en el pasado de la turbulenta situación de Palestina.
Una familia palestina en busca de un horizonte mejor
Los padres de Belal Muhammad emigran, a una corta edad, hacia Estados Unidos. Ambos son ciudadanos palestinos, pero la violencia y la adversa situación que sufre la región conduce a la familia a buscar un horizonte mejor donde comenzar una nueva vida, un colchón seguro para el crecimiento de sus hijos. Abdullah y Maha Muhammad alejan al pequeño Belal de la inestabilidad de su lugar de procedencia a través de una barrera física, pero tratan de cultivar los valores y el sentimiento palestino en su hijo desde muy temprano.
Un peleador con un mensaje fuerte
Un factor que condiciona al peleador americano desde muy temprano. Belal Muhammad ha desobedecido a la UFC en varias ocasiones, donde Dana White y su equipo de trabajo prohibían a los aspirantes llevar bandera alguna sobre sus hombros en sus salidas al octágono o en sus pesajes. Inamovible, el pedazo de tela con los colores de Palestina hace acto de presencia en cada aparición pública de Remember The Name desde muy temprano en su recorrido en la organización.
Una voz activa en el conflicto con Israel
Belal Muhammad también es una voz activa de los palestinos en cuanto al conflicto con Israel. En varias ocasiones, el peleador ha denunciado los ataques de la armada israelí sobre la franja de Gaza, y ha repudiado en redes sociales las manifestaciones antisemitas que han sucedido desde la fatídica tarde de octubre en la que estalló un conflicto sin precedentes sobre la zona.
Un héroe más allá del octágono
Además, el aspirante al título de la UFC sorprendió al mundo con una historia que consiguió conmover a los fans de las artes marciales mixtas, con el rescate de dos niños palestinos tras el desprendimiento de sus hogares. El contendiente colaboró con Team Palestine 4 PCRF, una ONG sin ánimo de lucro, para hacer viajar desde Palestina a los Estados Unidos a Jood y Ayham, de tres y 13 años respectivamente. Dos víctimas de la brutalidad que sufre la región en la actualidad que están hoy a cargo del peleador americano.
Un título que puede cambiarlo todo
Ahora, después de un largo recorrido de ocho años dentro de la empresa, llega la oportunidad de competir por el oro de las 170 libras para un Muhammad que ya enfrentó a Edwards en el pasado, pero que acabó con un ojo ensangrentado por un piquete y con el combate declarado como No Contest. Las cuentas pendientes del ayer presencian su fin este próximo sábado en la ciudad inglesa de Manchester, con el apoyo inexorable de la afición hacia Leon Edwards y las apuestas en contra para formalizar el culmen del legado que unos padres palestinos desean ver formalizado con el oro en la cintura de Belal Muhammad, tras años de sufrimiento en la región palestina.
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