'Guerras' en la Premier
La competencia en la cima de la Premier League está alcanzando niveles febriles. Los equipos más poderosos de la liga inglesa se están enfrentando en una guerra sin cuartel por conquistar el título. La presión es alta y los entrenadores y jugadores están dejando todo en el campo para llevarse la victoria. En este sentido, la última jornada ha sido especialmente intensa, con enfrentamientos emocionantes y resultados sorprendentes que han dejado a los aficionados con la boca abierta. En este artículo, analizaremos los enfrentamientos clave de la última jornada y las estrategias que han llevado a los equipos a la victoria o la derrota.
Guerras económicas en la Premier: dueños de clubs en lucha por el poder
Apenas empezada la temporada, se está asistiendo a movimientos económicos extraños en el accionariado de algunos de los clubs de la Premier League. Se ven cismas internas de los propietarios, como en el Chelsea, y también inversores de un club que quieren probar suerte en otro, como ocurre con el estadounidense John Textor, copropietario del Crystal Palace, que quiere comprar el histórico Everton.
Los loados frutos de la revolución financiera que supuso la creación de la Premier en 1992 tienen hoy a uno de sus fundadores, los ‘toffees’ de Liverpool, enfangados en una situación muy difícil, cuya única salida es una venta al mejor postor. Aquel auge económico soñado ha permitido un reequilibrio de fuerzas en la liga inglesa, gracias al reparto de los derechos de televisión, pero con un alto coste.
La gestión equívoca de muchos magnates, llegados al Reino Unido con sueños de grandeza para ampliar sus negocios, ha distanciado a los clubs de sus seguidores y erosionado en muchos casos su identidad. Los casos de Chelsea y Everton son paradigmáticos.
Agrias discrepancias entre los dueños del Chelsea
Los dos copropietarios estadounidenses de los ‘blues’ del suroeste de Londres, el fondo Clearlake Capital, que posee una participación mayoritaria, y el empresario Todd Boehly, tienen hoy agrias discrepancias sobre el modelo de club que quieren para el Chelsea. Es una ‘guerra’ abierta por el poder, después de solo dos años de su llegada a Londres.
Ellos relevaron al ruso Roman Abramovich en 2022, y son un ejemplo claro de que los consorcios de conveniencia en operaciones financieras de alto calado, por el elevado valor de los clubs, no siempre salen bien. Clearlake, representado por Behdad Eghbali, y Todd Boehly quisieron deshacerse de toda la etapa de Abramovich a un coste altísimo (1.300 millones de inversión en fichajes) y una presión asfixiante sobre los cuatro entrenadores elegidos (Potter, Lampard, Pochettino y Maresca), lo que ha hecho inevitables los desacuerdos, sin un rumbo claro ni resultados inmediatos que atenuaran la deriva.
Ahora Clearlake Capital quiere eliminar la influencia de Boehly y en medio está el diseño del futuro del club, con el eterno problema de Stamford Bridge, la oposición de un sector de socios-propietarios a modernizar el viejo estadio y, además, un legado de una posible sanción por irregularidades financieras, en la anterior etapa de Abramovich, aún por resolver.
Inversores y propietarios pelean por el control de los equipos
También desde el mismo sur de Londres, el inversor del Crystal Palace, John Textor, negocia la compra del Everton con su propietario, Farhad Moshiri, quien busca desesperadamente salvar el club. El arraigo de Textor con el Palace sería así efímero, pero no es el único.
Igualmente sucede con Amanda Staveley, hasta este verano accionista minoritaria del Newcastle, que, tras vender sus acciones por diferencias con los propietarios árabes de los ‘magpies’, está negociando ahora entrar en el Tottenham Hotspur, sin que los lazos emocionales cuenten para nada. Son todos movimientos mercantilistas, con el negocio por delante, desconectados de los seguidores de los clubs, y que ilustran la peor cara del oscuro ‘business’ instalado en el fútbol inglés.
Deja una respuesta