- La increíble historia del esquiador que supera la adversidad y sigue esquiando a pesar de perder la visión
- La montaña es mi terreno: Tyson Rettie, el esquiador canadiense que sigue deslizándose a pesar de la ceguera
- El nacimiento de la Braille Mountain Initiative
- Un nuevo enfoque en la toma de decisiones
- La libertad de esquiar
- La montaña, un lugar de conexiones
La increíble historia del esquiador que supera la adversidad y sigue esquiando a pesar de perder la visión
En un mundo donde la visión es fundamental para realizar actividades deportivas, un esquiador ha demostrado que la determinación y la pasión pueden vencer incluso las más grandes adversidades. A pesar de perder la visión, este atleta no se ha rendido y ha seguido esquiando, convirtiendo su pasión en una forma de vida. Su historia es un ejemplo inspirador de cómo la resiliencia y la determinación pueden llevar a logros increíbles, incluso en las condiciones más difíciles. A continuación, te contamos la emocionante historia de este esquiador que ha superado la adversidad y sigue esquiando a pesar de la pérdida de su visión.
La montaña es mi terreno: Tyson Rettie, el esquiador canadiense que sigue deslizándose a pesar de la ceguera
Aunque pueda parecer, perder la visión no es el fin del camino, y Tyson Rettie lo demuestra cada vez que se calza los esquís. Este guía de heli-esquí canadiense de 30 años perdió la mayor parte de su vista en 2019 debido a una enfermedad mitocondrial.
Para muchos, este diagnóstico habría significado el fin de sus días en la montaña, pero para Rettie fue solo el comienzo de una nueva forma de esquiar: a ciegas. Rettie, originario de Invermere, B.C., se negó a dejar de hacer lo que ama y encontró una manera de seguir deslizándose por las montañas.
“Para mí, el mejor lugar para seguir esquiando era en los glaciares amplios y abiertos, donde podía confiar en que no habría obstáculos”, cuenta Rettie. Hoy, su experiencia no solo inspira, sino que ha impulsado una nueva iniciativa para ayudar a otros a superar los límites de la ceguera en los deportes de montaña.
El nacimiento de la Braille Mountain Initiative
Si bien existen programas para que personas con discapacidad visual participen en deportes, Rettie descubrió que no había opciones para el esquí de travesía en la montaña. Así nació la Braille Mountain Initiative, una organización sin fines de lucro que busca introducir a personas ciegas y con discapacidad visual a los deportes de montaña autoguiados.
El camino no ha sido fácil. Fundada durante la pandemia, la organización ha enfrentado desafíos, pero ahora está lista para su primer gran paso: en abril de 2022, llevó a un grupo de seis esquiadores ciegos a Sorcerer Lodge en B.C., donde experimentaron el esquí de travesía como nunca antes.
Un nuevo enfoque en la toma de decisiones
Rettie describe su primer regreso al esquí de travesía tras perder la vista como “extraño”. “Pasé de ser el guía a ser guiado”, recuerda. Sin embargo, con el tiempo, ha encontrado maneras de participar activamente en la toma de decisiones, como evaluar la estabilidad de la nieve o sentir el terreno bajo sus pies.
“Me guío por el tacto. Deslizo el borde de mi esquí por la pista para seguir el camino y, al descender, confío en que no hay nada delante de mí. Esquío como cualquier persona con vista”.
La libertad de esquiar
El objetivo de Rettie es ofrecer a otros esquiadores ciegos la misma libertad que él experimenta. En lugar de depender de un guía que dicte cada giro, su programa permite que los participantes se sientan independientes en grandes glaciares abiertos, donde el riesgo de chocar con algo es mínimo.
“Queremos que los esquiadores ciegos experimenten la libertad que los esquiadores con vista dan por sentado”, explica Rettie. “En los resorts, cada giro está controlado por un guía, lo que no brinda una verdadera sensación de independencia. Queremos cambiar eso”.
La montaña, un lugar de conexiones
Para Rettie, esquiar es mucho más que un deporte; es una forma de sentirse conectado, libre y parte del mundo que ama. A pesar de su pérdida de visión, ha encontrado una manera de seguir adelante y crear un impacto positivo en la vida de otros.
“No he vuelto a esquiar en un resort desde que perdí la vista”, admite. “El esquí de travesía es lo único que hago ahora porque me permite olvidarme de mi discapacidad visual y simplemente disfrutar. En la montaña, me siento como cualquier otro esquiador, y eso es algo que no cambiaría por nada”.
Para Rettie y los esquiadores que lo acompañan en esta aventura, la montaña sigue siendo su terreno de juego, un lugar donde la vista no define la experiencia.
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