En un fin de semana emocionante en la Liga Española, Andrés Fernández, portero del Huesca, se convirtió en el protagonista principal al detener al Cádiz en un partido que parecía irremediablemente perdido. Con una serie de intervenciones espectaculares, Fernández logró mantener la portería a cero y darle esperanzas a su equipo de obtener un valioso punto en su lucha por la permanencia. Por otro lado, David Gil, del Espanyol, también tuvo un papel clave en la victoria de su equipo sobre el Levante, anotando un gol decisivo que dio la victoria a los pericos.
El Levante y el Cádiz se reparten puntos en un partido emocionante y equilibrado
El Levante, que fue de menos a más, no pasó del empate ante el Cádiz (1-1), sin puntería y que se topó con la inspiración del meta local Andrés Fernández, que salvó de la derrota a su equipo igual que el portero visitante David Gil, sostuvo a los andaluces.
El equipo de Julián Calero no pudo estrenarse con victoria en el Ciutat, aunque podría haberse llevado la derrota si Chris Ramos hubiera tenido algo más de efectividad de cara a puerta; lo mismo ocurrió en la otra portería durante la segunda mitad cuando el Levante dispuso hasta de tres ocasiones para desequilibrar el encuentro.
El Cádiz machaca a centros laterales al Levante
El Cádiz machacó a centros laterales al Levante y el ejemplo más claro fue la primera acción, cuando Fali centró y Chris Ramos enganchó un cabezazo que Andrés Fernández despejó no sin apuros.
Ese guion, el de los centros pero también el del guardameta del Levante como salvador de los valencianos, fue una constante durante la primera media hora de partido, en la que el Levante buscaba la espalda de los defensas, pero no encontraba a José Luis Morales en su regreso al Ciutat dos años después de haber cambiado el Levante por el Villarreal.
La segunda mitad cambia el rumbo del partido
Fue Roger Brugué quien tuvo la acción más clara de los locales en la primera mitad, cuando, tras un pase filtrado de Sergio Lozano, se quedó solo ante el portero, pero ahí emergió la figura de David Gil, que dio la razón a Paco López por el cambio en portería, y despejó el disparo.
El descanso azuzó a los locales, que pese a no cambiar ninguna de sus piezas, subieron la intensidad en la segunda mitad. Los de Julián Calero dejaron de renunciar al balón, aunque, a la vez, fueron mucho más incisivos y precisos a la contra.
Morales ya avisó de que la segunda mitad no iba a ser como el primer período. Con una carrera de cincuenta metros, se plantó solo frente a la portería, pero cuando fue a tirar, Glauder se tiró con todo para evitar que el balón se colara en la portería.
El gol del empate y las últimas oportunidades
Sin embargo, cinco minutos más tarde, una genialidad a la contra del habilidoso Carlos Álvarez, que ejerció de extremo todo el encuentro, dejó solo frente a Gil a Roger Brugué y aunque falló de primeras, el rechace le cayó a los pies para empujarla y poner un uno a cero quizá inmerecido por ocasiones pero que exhibió un ejercicio de supervivencia de este renovado Levante.
No obstante, cuando mejor estaba el Levante y peor el Cádiz, Iván Alejo puso un centro al área que acabó con un balón muerto al que llegó Chris Ramos, que puso el pie y se aprovechó de que Ángel Algobia llegara tarde y mal, provocando un penalti materializado segundos más tarde por Rubén Alcaraz.
Todavía hubo tiempo para dos claras ocasiones de Bouldini y Algobia, en dos disparos en los que David Gil se disfrazó de salvador de su equipo para guardar el punto, cambiar la cara al encuentro ante el Zaragoza y evaporar las aspiraciones de un Levante que la tuvo en el último minuto con un cabezazo de Iván Romero que tocó el palo y se paseó por la línea de gol.
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