El Regalo más Desafortunado del Año
En un año plagado de sorpresas y regalos inesperados, uno de ellos ha destacado por su singularidad y falta de tacto. La noticia que nos ha llegado desde el otro lado del mundo, ha generado gran conmoción y sorpresa en la opinión pública. Se trata de un regalo inusual y desafortunado, que ha sido calificado como el peor de la temporada. La historia detrás de este regalo, nos lleva a reflexionar sobre la importancia de la empatía y la consideración al momento de elegir un detalle para nuestros seres queridos. A continuación, te contamos la historia detrás de este infausto regalo, que ha generado tanta polémica en las redes sociales y en los medios de comunicación.
La Sorpresa del Año: Ilkay Gündogan se va del Barça
Perdónenme, pero hoy voy a hablar directo. Hemos regalado a Gündogan. Sí, hemos regalado al mejor jugador de la pasada temporada. Y en el City han recibido ese regalo con los brazos abiertos, como no podía ser de otra manera. Allí, con Pep a la cabeza, entienden un poco de fútbol y no son tan tontos como para rechazar la vuelta de un capitán como Ilkay.
Aquí, en Can Barça, un mes escuchamos al presidente Laporta decir que están preparados para grandes fichajes y al mes siguiente se abre la puerta de salida a un fichajazo de la pasada temporada para intentar inscribir a los nuevos. En este club, puedes saber el día de tu llegada, pero jamás el de tu marcha. Eso sí, con la situación actual, no durarás mucho aunque des un buen rendimiento, salvo que te agarres bien al contrato que firmaste en su momento. Y te agarres bien, eh.
Gündogan sería titular en cualquier equipo y en cualquier sistema. Y no me tratéis de convencer ni de edad ni de nada. Con un pase suyo el año pasado resolvías el partido en una temporada muy complicada. Ya me llegó hace pocos meses que el club estaría por la labor de buscarle una salida, pero siempre tuve la buena fe de que no tirarían un talento así, pero al final lo han hecho. Habrá, para ellos claro, mil razones pero no me va a convencer ni una.
Gracias. Por último, hemos dado la carta de la libertad a un tío que nos decía las cosas en la cara. Que hablaba por el bien del equipo y que se quemaba por dentro cada vez que había un mal resultado. Otros intentaron dejarle en mal lugar después del Clásico, pero esas declaraciones resonarán aquí para toda la vida. Gracias Gündogan. No te merecemos.
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