¿Por qué nuestro corazón late más rápido en calor?

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¿Por qué nuestro corazón late más rápido en calor?

En los días de temperaturas extremas, es común notar que nuestro corazón late más rápido. Pero, ¿por qué sucede esto? La respuesta se encuentra en la forma en que nuestro cuerpo regula su temperatura corporal. Cuando la temperatura ambiente aumenta, nuestro cuerpo intenta enfriarse mediante la dilatación de los vasos sanguíneos y la transpiración. Sin embargo, este proceso requiere un esfuerzo adicional del corazón, que debe bombear más sangre para llevar el oxígeno y los nutrientes a los músculos y otros tejidos. Como resultado, nuestro pulso aumenta, lo que puede ser beneficioso en pequeñas cantidades, pero puede ser peligroso en casos de calor extremo.

La respuesta fisiológica al calor: ¿Por qué nuestro corazón late más rápido?

Para los corredores, las condiciones climáticas, especialmente el calor, pueden influir significativamente en el rendimiento y en la respuesta fisiológica del cuerpo. Uno de los efectos más notables al correr en ambientes calurosos es el aumento de la frecuencia cardíaca (FC).

Es común observar que se eleva más de lo habitual en estas situaciones, incluso si se mantiene un ritmo de carrera constante. Pero, ¿por qué sucede esto?

La termorregulación y el aumento de la frecuencia cardíaca

La termorregulación y el aumento de la frecuencia cardíaca

El cuerpo responde al calor aumentando el flujo sanguíneo hacia la piel para facilitar la disipación del calor a través de la sudoración. Sin embargo, este proceso de termorregulación requiere un mayor esfuerzo del sistema cardiovascular.

Así, a medida que sudamos para enfriar el cuerpo, perdemos líquidos, lo que puede reducir el volumen de sangre. Cuando esto ocurre, la sangre se vuelve más densa o viscosa, lo que hace que el corazón tenga que trabajar más para bombearla de manera eficiente.

Esta “densificación” de la sangre es más exigente para el corazón, ya que es diferente latir con sangre más líquida que con sangre más espesa. Como resultado, la frecuencia cardíaca tiende a aumentar para mantener un suministro adecuado de oxígeno a los músculos y al mismo tiempo regular la temperatura corporal.

La deriva cardiovascular

Este aumento en la frecuencia cardíaca debido a la densificación de la sangre y a la necesidad de enfriar el cuerpo es conocido como deriva cardiovascular. Es una adaptación fisiológica normal al ejercicio en calor, pero puede ser preocupante para los corredores que no están familiarizados con este fenómeno.

Además de incrementar el esfuerzo del corazón, una frecuencia cardíaca más alta en condiciones de calor puede llevar a una sensación de mayor esfuerzo percibido, haciendo que la carrera se sienta más difícil de lo habitual.

Soluciones: hidratación y reajuste del entrenamiento

Para mitigar los efectos del calor en tu frecuencia cardíaca es crucial adoptar una estrategia integral de hidratación y ajuste en el entrenamiento.

Antes de correr, asegúrate de beber suficiente agua en las horas previas al ejercicio. Una buena regla es consumir al menos 500 ml de agua 2-3 horas antes de comenzar.

Durante la carrera, mantén una ingesta constante de líquidos, tomando sorbos de agua cada 15-20 minutos. Si la carrera se extiende más allá de una hora o si las condiciones son extremadamente calurosas, incorpora bebidas deportivas que contengan electrolitos, como sodio y potasio, para ayudar a mantener el equilibrio de sales minerales y evitar que la sangre se vuelva demasiado densa.

Ajustar el ritmo y las expectativas es igualmente importante en días calurosos. Reduce la intensidad del ejercicio para evitar el sobreesfuerzo cardiovascular. Si normalmente corres a un ritmo de 5 minutos por kilómetro, considera aumentar el ritmo a 5:30 o 6 minutos en condiciones de calor extremo.

Además, elige horarios más frescos para tus entrenamientos, como temprano en la mañana o al atardecer, cuando las temperaturas son más bajas y el riesgo de sobrecalentamiento es menor. Otra recomendación es usar ropa ligera y transpirable que facilite la evaporación del sudor. Prendas de materiales técnicos como el poliéster o el nylon que permiten una buena ventilación pueden ser muy efectivas para mantener una temperatura corporal más baja.

También considera incluir sesiones de entrenamiento en un ambiente controlado, como en una cinta de correr con aire acondicionado, durante los días más calurosos.

Recuerda que la hidratación y el ajuste del entrenamiento son clave para mitigar los efectos del calor en tu frecuencia cardíaca y rendimiento. ¡Ajusta tus estrategias y mantén tu ritmo!

Antonio Ruiz

Soy Antonio, periodista de El Rincón del Fútbol, un periódico independiente que se especializa en la actualidad deportiva, especialmente en el mundo del fútbol. Me apasiona informar sobre las últimas novedades con la máxima rigurosidad y objetividad, para brindar a nuestros lectores la información más precisa y completa. En cada artículo que escribo, busco ofrecer un análisis profundo y una visión imparcial de los acontecimientos más relevantes en el mundo del deporte rey. ¡Sígueme en El Rincón del Fútbol para mantenerte siempre informado!

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