Marchand desata la furia en París con un oro estratosférico en 400 estilos

Marchand desata la furia en París con un oro estratosférico en 400 estilos

En el marco del Campeonato Mundial de Natación celebrado en la ciudad de París, el nadador Marchand se coronó como el rey de los 400 estilos al lograr un tiempo estratosférico que dejó con la boca abierta a todos los presentes en el evento. Con un registro de 3 minutos y 59 segundos, Marchand se impuso a sus rivales y se llevó la medalla de oro, demostrando una vez más su condición de atleta de élite. La hazaña de Marchand no solo es un logro personal, sino que también es una gran noticia para su país y un gran orgullo para la natación francesa.

Léon Marchand desata la fiesta en París con un oro estratosférico en estilos

Era el gran día en París. Al menos, el primero de ellos, porque la búsqueda del doblete 200 braza-200 mariposa no promete ser menos impactante. Pero lo cierto es que Léon Marchand no decepcionó para encender La Défense Aréna con un oro apoteósico en unos 400 estilos para la historia en una piscina entregada en los Juegos, sus Juegos, los que ya hace meses que le eligieron como principal emblema de la natación francesa.

Lo cierto es que se ganó a pulso esa faceta, con un camino meteórico hacia la cita olímpica. Pero faltaba refrendarlo el día de la verdad, en la 'hora H'. Marchand no ha decepcionado a nadie y ha firmado una exhibición prodigiosa en la final de los 400 estilos para proclamarse campeón olímpico.

Ha sido en la mecha de una jornada que también ha coronado a Nicolò Martinenghi en 100 braza y a Torri Huske en 100 mariposa. Eran las tres finales del día, pero la de 400 estilos era 'la' final para el país organizador. Todo el mundo esperaba para ver de qué era capaz Marchand.

En ese 'todos' también se encontraba la mayor leyenda de la historia, un Michael Phelps que tras ceder su testigo al francés como plusmarquista mundial en la distancia el pasado año en Fukuoka estaba preparado para ver de qué era capaz el 'rey Léon'.

Firmó otra marca para el recuerdo Marchand, un 4:02.95 inapelable que rozó los 4:02.50 que marcó en el verano japonés. Una marca inalcanzable para cualquier mortal, también para Phelps con su 4:03.84 de Pekín, y que hubiera supuesto un nuevo récord del mundo de no ser porque el francés ha convertido cada aparición en una exhibición absoluta.

Ante la de este domingo, poco pudieron hacer Tomoyuki Matsushita, plata con 4:08.62, y Carson Foster, bronce con 4:08.66 en un final de 'photo-finish' con Max Litchfield (4:08.85).

Fue otra carrera, porque por delante Marchand tenía claro que quería ganar a lo grande. Salía como una exhalación en la mariposa, seis décimas por debajo de su récord del mundo. Aguantaba en ellas en el primer parcial de espalda, pero sufría algo más en el segundo, el que acababa finalmente evitando que hubiera otro récord de leyenda.

Porque Marchand tiraba como nadie en la braza gracias a sus grandísimos virajes, los que le permitían plantarse en el crol en la lucha por un registro que se le acababa escapando. Lo que no se le iba era un oro estratosférico que el confirma en el Olimpo: con cinco oros mundiales en su palmarés, ya es también campeón olímpico en la mayor cita del deporte universal.