Surfistas olímpicos enfrentan el desafío de la ola más temida del planeta en competencia internacional

Surfistas olímpicos enfrentan el desafío de la ola más temida del planeta en competencia internacional

En el marco de la competencia internacional de surf más importante del año, los surfistas olímpicos se preparan para enfrentar el desafío más temido del planeta: la ola de Nazaré, en Portugal. Con olas que alcanzan hasta 30 metros de altura, esta famosa playa es conocida por ser uno de los lugares más peligrosos del mundo para practicar este deporte. Los atletas deberán demostrar su habilidad y valentía para dominar esta fuerza de la naturaleza y llevarse el título de campeón. ¿Quién será el que se corone como el mejor surfista del mundo? La emoción está en el aire en este evento que promete ser uno de los más emocionantes del año.

Desafío extremo: surfistas olímpicos enfrentan la ola más peligrosa del mundo en Teahupo'o

París 2024 ha mandado al surf a 16.000km de distancia, a la Polinesia Francesa, con una diferencia horaria de once horas y con un viaje que dura más de un día. Nunca ha habido una subsede olímpica tan remota y tan exótica, en una zona donde no hay hoteles y en el que el alojamiento oficial de los participantes es un barco anclado a 400 metros de la costa.

Surfistas españoles buscan medalla en la remota Polinesia Francesa

Este sábado a las 19h (hora española) arranca la prueba olímpica y España tendrá representación por primera vez en el surf y lo hará con un equipo con todos sus componentes nacidos en la misma zona y que se comunican en euskera. Nadia Erostarbe (Zarautz) será la principal opción de medalla después de ser cuarta del mundo este año en Puerto Rico. Junto a ella, también estarán Janire González—Etxabarri (Zumaia) y Andy Criere (Donosti), con Aritz Aranburu (Getaria) como seleccionador.

La nave olímpica: surfistas se alojan en un barco anclado en la costa de Teahupo'o

Hossegor, en la costa atlántica de la Francia continental, presentaba olas demasiado planas para competir en estas fechas. En su lugar, los surfistas se han instalado en un barco anclado a 400 metros de la costa de Teahupo'o, que hace las veces de Villa Olímpica.

Teahupo'o es un lugar mágico para el surf, comparable a lugares legendarios como el All England Club para el tenis, Saint Andrews para el golf o Churchill Downs para las carreras de caballos. La ola de Teahupo'o es la más peligrosa del mundo, con olas que pueden alcanzar los 24 metros de altura y una violencia fuera de lo común.

La palabra tatuaje procede de esta isla polinesia y es habitual que sea obligatorio utilizar casco para pasar las olas. Cinco surfistas han fallecido los últimos años tratando de domar esta masa de agua.

Nadia Erostarbe asegura que la valentía es una de sus principales virtudes y que se enfrentará al desafío sin titubear. Uno de mis puntos fuertes es que, ante olas tan desafiantes como estas, voy de cara, cuenta la surfista guipuzcoana.

La polinesia Vahiné Fierro, criada en estas aguas, será la gran favorita para destronar a la campeona olímpica en Tokio 2020 y cinco veces campeona del mundo, Carissa Moore. En categoría masculina se espera que la pelea por el oro sea un mano a mano entre John John Florence y Gabriel Medina.

En Tahití, el surfista siempre está pendiente del parte meteorológico porque todos sueñan con coger la ola más especial de la manga y esta llega cuando sopla viento de suroeste. Cuando la masa de agua rompe por el arrecife y se forma una ola tan bella como desafiante.

Y cuando te enfrentas a una ola así, es vital empaparse de cada pequeño detalle para ganar la confianza necesaria para surfear bien. Por eso, ser paciente es la principal virtud y el motivo por el cual todos están recostados sobre sus tablas, nerviosos, se secan el rostro constantemente para que ninguna gota de agua les nuble la vista y les prive de la oportunidad de su vida.

Detrás del hedonismo del surfista, con una vida alegre donde su máxima dice que el mejor ‘surfer’ es el que más se divierte en el agua, hay uno de los deportes más subjetivos de juzgar. El surfista que más aprovecha la ola, gana. Arrancar, girar, subir por la pared, realizar maniobras imposibles, con velocidad, estilo, acariciar el agua sin que te derribe, deslizarse por los ‘barrels’ más increíbles con su ruido ensordecedor y salir victorioso del cuerpo a cuerpo entre el humano y la naturaleza.

Porque las olas no se pasan, se sienten. Y el surfista que demuestra a los jueces que ha sido más poderoso que la ola, se lleva la máxima puntuación.