Carlos descubre los secretos detrás del éxito de Alcaraz en la hierba de Wimbledon

Carlos descubre los secretos detrás del éxito de Alcaraz en la hierba de Wimbledon

En el mundo del tenis, Carlos Alcaraz se ha convertido en un nombre que revoluciona las pistas de hierba de Wimbledon. Su estilo de juego agresivo y su capacidad para adaptarse a las superficies más rápidas han llevado a muchos a preguntarse qué es lo que hay detrás de su éxito en este tipo de superficies. Ahora, Carlos, un apasionado del tenis y experto en análisis de juego, ha decidido descubrir los secretos que han permitido a Alcaraz destacar en la hierba de Wimbledon, y compartir sus conclusiones con nosotros.

El secreto detrás del éxito de Alcaraz en Wimbledon: adaptación y dedicación

Carlos Alcaraz ha conquistado tres de sus cinco torneos en hierba, una superficie que conoció en el torneo júnior de Wimbledon en 2019. Aunque cayó en cuartos de final ante Martin Damm, ya vimos que se podía adaptar muy bien en los años venideros, y lo ha demostrado, analiza su entrenador, Juan Carlos Ferrero.

El joven tenista murciano se ha impuesto en 24 de 27 partidos en hierba, un balance excepcional a sus 21 años. A las condiciones naturales de la superficie, Alcaraz une la capacidad de divertirse en césped y un método de mejoría a base de entrenar cada aspecto que requiere una superficie en que hay poco tiempo para pensar y desplazarse, lo que requiere muchas horas de pisar hierba.

Carlos Alcaraz: el joven tenista que vence la adversidad en la hierba de Wimbledon

Siempre disfruto en hierba, incluso en 2022. Creo que es una superficie buena para mi estilo. Ser agresivo, tirar fuerte, ir a la red todo el tiempo. Me lo paso bien, aunque no es fácil adaptarse, moverme bien, considera Carlos Alcaraz. La dificultad es mayor cuando apenas hay tiempo de transición entre la tierra batida de Roland Garros y la corta gira de hierba. Son dos deportes diferentes, comenta Alcaraz.

La adaptación es un desafío mayor cuando se pasa de una superficie a otra en cuestión de días. Alcaraz lo vivió en carne propia cuando, después de ganar en París, se trasladó a Londres para defender su corona en el ATP de Queen's. No voy a mentir, es difícil. No jugué bien (perdió ante Jack Draper). Decidí quedarme allí por eso, porque necesitaba horas de juego para estar mejor y tratar de sentirme lo más cómodo posible. No hay ningún secreto. Hay que meter muchas horas, trabajo y confiar en que vas a mejorar. Eso es lo que pensé y lo que hice, apunta.

Para lograr la adaptación, Alcaraz se va a pasar más de un mes en la capital inglesa, en una casa que alquiló para la ocasión en el barrio de Wimbledon. Después de dos partidos en el torneo empecé a resbalar controladamente. En los siguientes partidos resbalaba de manera natural. Es una ventaja poder resbalar en hierba y agradezco que haya pasado pronto, explica.

Ferrero abunda en que históricamente el cambio es difícil para los españoles y para todo el mundo. Es una superficie en la que solo juegas tres semanas al año y casi todo el mundo no se adapta bien, sobre todo por la movilidad que necesita en la pista.

El serbio Novak Djokovic elogia el talento de Carlos Alcaraz. Veo muchas similitudes entre él y yo en términos de capacidad de adaptación y ajuste a la superficie. Su mejor virtud es que juega bien en cualquier superficie y sabe adaptarse a lo que pide cada rival, analiza. Y alaba que viniendo de España, lo que está haciendo en hierba tan joven es fantástico.

Concluye 'Nole' Djokovic que es un jugador muy polivalente, muy completo. Todos llegaremos a la conclusión de que va a ganar muchos torneos de Grand Slam. Es el merecedor ganador de Wimbledon.

Alcaraz, por su juventud, continúa en fase de aprendizaje. Ferrero desgrana que el saque es de lo que más está creciendo. Todavía le falta esa consistencia que queremos para que el nivel sea óptimo. Y va creciendo mucho a nivel de experiencia, de vivencias. Se da cuenta que la fortaleza mental es algo que le va sacando de problemas. Es muy emocional en la pista, pero lo está manejando mejor. Lo que está haciendo es algo fuera de este mundo, que hay que valorar y admirar, concluye.