En un gesto de amistad verdaderamente sorprendente, un fanático de los coches de lujo decidió regalar a un amigo un motor V12 de un Lamborghini que había sufrido un incendio. Lo que podría haber sido un desecho inservible se convirtió en una oportunidad única para crear algo verdaderamente especial. El amigo, un apasionado de las motos, decidió aprovechar al máximo este regalo y crear algo verdaderamente único. Después de meses de trabajo y dedicación, el amigo logró crear una moto como nunca se había visto antes, con un motor V12 que le daba una potencia y un sonido únicos. Esta noticia nos muestra que, con un poco de creatividad y determinación, incluso los objetos más inservibles pueden convertirse en algo verdaderamente especial.
La moto más extraña del mundo: un motor de Lamborghini V en una bicicleta
¿Quién tiene un amigo, tiene un tesoro? ¡Pues aquí hay uno que supera todas las expectativas! Imagina recibir un regalo de un motor de Lamborghini V12 de 350 CV procedente de un Lamborghini Espada de los años 70. ¡Eso es precisamente lo que le sucedió a Chuck Beck, un conocido preparador americano de automóviles ya retirado.
La historia comienza cuando Chuck recibió este poderoso motor como regalo de un amigo. ¡Un regalo que cambió su vida! Al recibir el motor, Chuck vio claro que tenía que fabricarse una moto con él. Así que partió desde cero, construyendo la moto alrededor del motor.
La creación de una moto única
El chasis, el subchasis y basculante, el depósito de combustible, el asiento, la carrocería y todo lo que ves está fabricado y adaptado para formar parte del motor Lamborghini. ¡No hay moto en el mercado que sea capaz de albergar semejante monstruosidad de motor!
Para adaptar el motor, Chuck siguió el mismo proceso que Alan Millyard y su moto con motor de Dodge Viper V10. Se eliminó la gigantesca caja de cambios original del Lamborghini y se colocó una de menores dimensiones de tres velocidades procedente de un Volkswagen Escarabajo.
Una moto antiestética pero única
El resultado es una moto que no es precisamente un ejemplo de belleza, pero es lo que hay. El motor es tan largo que para la dirección no hubo más remedio que colocar reenvíos entre el manillar y la horquilla con la rueda delantera.
Para las llantas y frenos, Chuck tomó prestadas estas piezas de una Kawasaki ZX-9R del año 2000, con pinzas de freno delanteras Tokico de seis pistones, discos de freno delanteros de 300 mm y llantas de aleación de tres palos.
Un diseño peculiar
Como no hay espacio en la parte delantera del motor, los radiadores de refrigeración se colocaron en la parte trasera, uno a cada lado de la moto. Son las enormes entradas de aire traseras que puedes ver en las imágenes.
El único punto que nadie aprueba es la parte delantera, con un faro encerrado en un estrecho semicarenado que simula una sección de un morro de un automóvil superdeportivo clásico.
La moto resultante es de estética chocante, tremendamente larga, muy baja, con poco ángulo de inclinación, una moto que solo sirve para acelerar en línea recta o para ser admirada en parado, casi mejor.
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