El Kaiser Antonio Rüdiger besó la pantalla del VAR en señal de desesperación después del penalti que evitó el Bayern Munich
En un momento de desesperación, el defensor alemán Antonio Rüdiger, conocido como El Kaiser, no pudo contener su frustración después de que el VAR (Árbitro Asistente de Video) anulara un gol del Chelsea en el partido contra el Bayern Munich. La jugada generó un gran revuelo en el estadio y entre los aficionados, ya que el penalti que había concedido el árbitro fue anulado tras la revisión del VAR. El gesto de Rüdiger, besando la pantalla del VAR en señal de desesperación, se convirtió en una imagen emblemática de la noche.
Rüdiger se desespera ante la VAR
Después del partido entre el Madrid y el Bayern, con la habitual remontada final y el escándalo arbitral de tantas ocasiones, una filmación recogió desde el césped un hecho insólito. Tras la celebración madridista en el terreno de juego y mientras los jugadores desfilaban eufóricos hacia el vestuario, Antonio Rüdiger cogió la pantalla del VAR con las dos manos y le pegó un señor beso.
De bien nacidos es ser agradecidos y, ciertamente, un tanto de Joselu y el gol anulado a De Ligt en el último suspiro dependieron de la decisión de la tecnología aplicada al fútbol. VAR o no VAR, esta es la cuestión. Al alemán, tan buen central como peculiar en su gesticulación, sus aspavientos e incluso en la forma de correr, ese beso le salió de dentro.
Sabe que si el Madrid está en la final de Wembley es porque las dudas arbitrales cayeron de su lado. Pero es que en Alemania están escamados, también, porque el Leipzig ya fue víctima de un VAR más que sospechoso. El gol de cabeza de Sesko ponía por delante al Leipzig en octavos pero el VAR anuló el tanto por fuera de juego posicional.
Es decir, si desde los octavos de final hasta el minuto 98 de las semifinales el VAR te beneficia, un beso es lo mínimo. Rüdiger sabe que debe su agradecimiento a la tecnología que lo ayudó a llegar a la final.
Un agradecimiento merecido
Y es que Ancelotti también tendría que besar y mimar a Rüdiger. Es el central que le ha aguantado el equipo, desde atrás, en el año de las lesiones de Militao y Alaba. Rüdiger ha crecido y se ha multiplicado al lado de Nacho o Tchouaméni. El marcaje a Haaland, en los encuentros ante el City, fue un manual del perfecto cuerpeo.
Veremos cómo le va a Rüdiger ante el Borussia, él que empezó como canterano del conjunto de Dortmund. Pero por ahora, el alemán puede disfrutar de su beso a la pantalla del VAR, un gesto que habla por sí solo.
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