En un caso que conmociona a la opinión pública, hoy comienza el juicio más esperado de los últimos años, en el que se juzgará al individuo acusado de cometer uno de los crímenes más brutales y violentos de la memoria reciente. La Fiscalía acusa al acusado de haber despellejado a su víctima con el objetivo de eliminar un tatuaje que podría haber llevado a su identificación. Esta noche de terror y violencia ha dejado una profunda huella en la sociedad, y es fundamental que se haga justicia en este caso. En este proceso, es esencial respetar la privacidad y el respeto hacia las víctimas y sus seres queridos, y esperamos que la justicia se cumpla de manera imparcial y transparente.
Crimen brutal: el juicio comienza por el asesinato de una mujer decapitada y despellejada
Junto con el caso de las niñas de Alcàsser, este es uno de los crímenes más atroces que han tenido lugar en nuestro país en los últimos tiempos. Sucedió en Marbella el 8 de enero de 2023. Sin embargo, esta semana ha vuelto a la primera plana de la actualidad pues, por fin, ha arrancado el juicio.
Los clientes de un restaurante encontraron en la orilla de la playa el cadáver de una mujer decapitada, sin manos y con un gran corte en el abdomen. Rápidamente, el hermano de la mujer la reconoció gracias a un vídeo grabado por un testigo y puso el punto de mira sobre un compatriota con el que la mujer había mantenido una relación de unos cinco meses. ¿El móvil del crimen? Le había denunciado hacía poco por malos tratos.
En la mañana de ese día, Leonel -que así se llama el asesino confeso- acudió a una iglesia, pues sabía que allí se encontraba Natalia. Era el día de su cumpleaños. Ella se montó por voluntad propia en la furgoneta que él había alquilado previamente y se dirigieron a la playa, donde mantuvieron relaciones sexuales entre las dunas.
Aprovechando que se encontraba agachada, la asfixió con sus brazos con la mítica técnica del 'mataleón' que suelen utilizar los ladrones. A continuación, utilizando un cúter, presuntamente decapitó a Natalia y arrojó al mar su cabeza. Y lo mismo hizo con las dos manos. Arrastró el cadáver por la arena hasta el mar, donde le hizo una incisión en el abdomen para lograr que se hundiera.
Por si todo esto fuera poco, la despellejó en una zona donde tenía un pequeño tatuaje. Todo ello, con la única intención de que su cuerpo desapareciera en el agua y nadie pudiera reconocerla.
Ahora, la acusación particular ha pedido 26 años de prisión para Leonel y una indemnización de 150.000 euros para cada uno de los dos hijos que dejó huérfanos Natalia. También que, en caso de que la sentencia sea condenatoria, no se le expulse de España, sino que cumpla íntegramente su pena aquí.
El juicio que comenzó esta semana promete ser uno de los más impactantes y emocionales de los últimos tiempos. La familia de Natalia y los españoles en general esperan que la justicia se haga con rapidez y que el asesino confeso cumpla con su condena.
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