La tensión en Valladolid: ¿Qué sucede con Cristiano Ronaldo en el Estadio Zorrilla?
El pasado fin de semana, el fútbol español vivió un momento de gran interés y tensión en el Estadio Zorrilla de Valladolid. El encuentro entre el Real Valladolid y el Juventus FC, equipo donde milita el crack portugués Cristiano Ronaldo, generó un gran revuelo en el mundo del fútbol. Sin embargo, lo que debería haber sido un partido más de la temporada se convirtió en un escándalo que ha generado cientos de comentarios y especulaciones. ¿Qué sucedió realmente en el Estadio Zorrilla? ¿Cuál fue el papel de Cristiano Ronaldo en este incidente? En las siguientes líneas, analizaremos los hechos y trataremos de desentrañar el misterio que rodea a este suceso.
La tensión en Valladolid: ¿Qué sucede con Cristiano Ronaldo y el Real Valladolid?
Suenan tambores de guerra en Valladolid. El equipo no está bien en lo deportivo (una victoria en los primeros nueve partidos de Liga y 2 puntos de los últimos 21 disputados) pero en la grada de Zorrilla, donde piden explicaciones, más que a los jugadores o al entrenador -que también-, es al palco.
Y es que es un sector ya muy importante de la afición del Pucela el que no está de acuerdo con las decisiones que ha tomado en los últimos tiempos la directiva, encabezada por Cristiano Ronaldo al que, para empezar, los vallisoletanos le piden más implicación con el club y más presencia en el día a día.
Y es que es habitual que el brasileño se ausente en los partidos que el equipo juega en casa y que compagine sus compromisos publicitarios y mediáticos con la dirección del club, dejando a este en un segundo plano en varias ocasiones.
Un problema que viene de lejos
Pero para explicar la situación actual de desgaste de Ronaldo en Valladolid hay que remontarse a tiempo atrás. Y es que los primeros años del brasileño en el equipo, a donde llegó en 2018, no fueron del todo malos, consiguiendo dos permanencias consecutivas y un escenario idóneo para crecer.
Sin embargo, el hecho de haberse convertido en un 'equipo ascensor' con dos descensos y dos ascensos en los últimos tres años, han impedido cualquier tipo de estabilización en el proyecto. Cosa que, por otro lado, 'enfurece' a los aficionados viendo que otros equipos a priori inferiores históricamente como Girona, Alavés o Getafe cuentan con una estabilidad envidiable fruto del trabajo bien hecho durante sus años en Primera División.
La gota que colmó el vaso
Pero la gota que ha colmado el vaso ha tenido lugar este verano en el que, curiosamente, el equipo ha hecho la mayor inversión de fichajes de su historia con un desembolso de 16,5 millones de euros. Sin embargo, esa cifra, que responde a seis operaciones, solo implica una cara nueva, la de Juanmi Latasa. El resto de tratos son opciones de compra obligatoria que se han tenido que ejecutar tras el último ascenso.
Nombres como el de André Ferreira (1M), segundo portero, Victor Meseguer (3M), jugador con un claro rol suplente o Stipe Biuk (4M), que ha sido cedido al Haduk Split al no convencer al entrenador durante la pretemporada.
La situación actual
Así pues, todas estas decisiones han llevado a Pablo Pezzolano, entrenador desde el pasado mes de abril de 2023, a pasar de ser el 'villano' que dividía a la afición por su juego pobre y aburrido, a ser ahora víctima de una dirección deportiva encabezada por Domingo Catoira que, por el momento, no ha sido capaz de conformar una plantilla que pueda conseguir la permanencia.
Tal es así que en los últimos partidos, el entrenador uruguayo ha tenido que 'tirar' de jugadores jóvenes e inexpertos como Juma Bah, que hace tan solo unos meses estaba jugando en Sierra Leona, o Maroto, Chasco o Chuki que juegan en el Real Valladolid Promesa, el filial del club que se encuentra en Segunda Federación a donde le llevó el entrenador Julio Baptista, ex-jugador y amigo personal de Ronaldo Nazario.
De esta manera, la situación en Valladolid ha ido tomando un cariz que, llegados al segundo parón de la temporada, tiene a la afición muy cabreada. De hecho, es habitual ya ver en las gradas pancartas de 'Ronaldo Go Home' al estilo Peter Lim en Valencia y gritos contra la directiva, la cual, para más inri, estuvo a punto de marcharse este verano con Ronaldo a la cabeza pero la operación de venta no prosperó. En definitiva, corren malos tiempos en Pucela.
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