El pequeño rey de la pista: King Edward, el caballo que sorprende con su grandeza en el mundo de la hípica

El pequeño rey de la pista: King Edward, el caballo que sorprende con su grandeza en el mundo de la hípica

En el mundo de la hípica, donde la fuerza y la velocidad son características imprescindibles para triunfar, surge una historia de éxito que rompe con los estereotipos. Se trata de King Edward, un caballo que, a pesar de su pequeña estatura, ha logrado sorprender a todos con su grandeza y habilidad en la pista. Con una altura de apenas 1.45 metros, este ejemplar ha demostrado que la talla no es obstáculo para alcanzar la cima del éxito. En este artículo, te contamos la historia de este pequeño rey de la pista, que ha conquistado los corazones de los amantes de la hípica.

El rey de la pista: King Edward, el caballo que sorprende con su grandeza en el mundo de la hípica

Un total de 92 jinetes y amazonas y 143 caballos compiten durante cuatro días en el CSIO Barcelona, un evento que reúne a los mejores atletas y caballos de talento excepcional del mundo. Entre ellos, destacan campeones olímpicos como Christian Kukuk y su caballo Checker 47, flamantes medalla de oro en los JJ.OO. de París 2024, y Steve Guerdat, quien ganó la plata en el mismo escenario montando a Dynamix de Belheme.

Entre los destacados participantes, se encuentran el jinete sueco Henrik von Eckermann y su magnífico caballo King Edward, que llevan dos años liderando el Longines ranking (ranking mundial) y suman títulos como el Campeonato del Mundo de Dinamarca 2022 o las dos últimas Copas del Mundo.

La leyenda de King Edward

Dicen que nunca un caballo ha tenido mejor nombre para gobernar el mundo. King Edward nació hace 14 años en Bélgica y lleva compitiendo al máximo nivel desde los nueve. Compite sin herraduras y tiene una altura de 1,65 metros, una talla relativamente pequeña para un caballo de salto.

¿Por qué es el mejor caballo del mundo? Probablemente lo sea porque sabe hacer muchas cosas bien y es muy regular. Pese a que es más bien bajito, él se crece con la altura de los obstáculos. Fuera de la pista es un caballo muy tranquilo y dócil, pero cuando entra en la pista se transforma y saca todo su poder. Cuando salta pone su máxima potencia, puedo sentir perfectamente su corazón, explica von Eckermann.

King Edward, un caballo único Si tuviera que extrapolarlo a nivel futbolístico, diría que King Edward podría ser un Ronaldo por su potencia física o seguramente también Messi, porque es pequeño y tiene un talento extraordinario.

La relación especial entre von Eckermann y King Edward

Es la tercera vez que von Eckermann y King Edward compiten el CSIO Barcelona y año a año, la relación entre ambos es más intensa. Él y yo hemos crecido juntos y tenemos una relación muy especial, de respeto mutuo. Yo soy muy prudente con él y no le impongo, no puedes forzar, hay que saber encontrar el equilibrio porque si el caballo no quiere hacer una cosa, si le fuerzas quizás te obedezca una, dos, tres veces…pero no te lo hará muchas más. Los caballos requieren mucha atención. No son máquinas que si se averían puedas reponer. Nunca sabes lo que puede pasar cuando compites a caballo. Ellos tienen instintos, sentimientos, pueden tener días malos. King Edward es el mejor caballo pero mañana podría quedar el número 50 en una competición. Eso es lo que hace tan especial este deporte, añade el jinete sueco.

King Edward, un rey en todas partes

King Edward llegó este martes a Barcelona procedente de Holanda, donde vive cuando no está compitiendo. Hizo el viaje de dos días, con escala en Lyon, acompañado como siempre de su inseparable cuidadora (groom), Louise Barraud. Ella está pendiente de él en todo momento y comanda el trailer en el que se desplaza, un increíble camión totalmente adaptado con capacidad para trasladar siete caballos, aunque nosotros nunca viajamos con más de cuatro, advierte Barraud, que hace diez años eligió este estilo de vida y hace cinco que está con King Edward, con el que mantiene una relación muy especial: Es un caballo al que le gusta que le prestes mucha atención. No te regala nada de entrada, no te da amor directamente, tienes que trabajártelo y eso le hace más especial. Hace cinco años que estoy con él y ahora nos tenemos mucha confianza. Es muy especial.

Ya sea cuando viaja, o en la cuadra cuando compite o en su casa, un peluche del Rey León acompaña a King Edward a todas partes. Se lo regalé yo, dice su cuidadora. El es el rey y no podía tener otro peluche que no fuese un rey.